En este caso, las dos palabras que lo componen significan "rey", la primera en árabe (malik), y la segunda en persa (shah).Reinó bajo la tutela del visir Nizam al-Mulk,[1] que ya había sido ministro de Alp Arslan.Fue protector del matemático y astrónomo Omar Jayyam, a quien dotó de un observatorio en la capital, Isfahán.[2] Sin embargo, Malik Shah murió envenenado el mismo año, quizá a manos de la guardia personal del desaparecido visir.Su padre Alp Arslan le designó como heredero ( wali al-adh ) el 1066 y otros parientes recibieron gobiernos en la parte oriental del imperio.Aprovechando estas luchas el gaznévida Ibrahim ibn Masud (1059-1099) probó de recuperar los territorios del Gran Jorasán que su estirpe había perdido ante los selyúcidas treinta años atrás.Shams al-Mulk Nasr ibn Tamghač Khan Ibrahim se convirtió en tributario selyúcida, situación que se mantuvo en general especialmente debido al conflicto que a partir de entonces lo enfrentó con la rama kharakánida de Kasgar.Ayaz murió el mismo 1074, antes de la campaña de su hermano a Tukharistán y Balkh y Malik Shah concedió estos territorios a un tercer hijo, Tekish ibn Alp Arslan que gobernó en paz hasta el 1080.Poco después de subir al trono, Malik quiso reforzar la posición selyúcida al Azerbaiyán, Arrán y Armenia y el 1075 depuso al emir shaddádida de Ganyá (Arrán), Fadlun o Fadl III ibn Fadl II (1073-1075) dando el gobierno a un viejo oficial turco esclavo de Alp Arslan, Sawtigin, experimentado en las condiciones en la zona.En 1081 una de las hijas del sultán Malik Shah I se prometió con el califa Al-Muqtadir.[9] Las relaciones con los gaznávidas mejoraron cuando renuncian de hecho a reclamar sus antiguos territorios en el Jorasán, y los dos imperios tuvieron contactos cordiales incluyendo algunos enlaces matrimoniales.[11] Gobernadores turcos se establecieron también en Alepo como Kasim ad-Dawla Abu Said Ak Sunkur al-hadjib (1087-1094) y luego en Edessa que fue perdida por el armenio Filaretos ante Malik Shah.En la segunda mitad del 1092 Malik Shah estuvo en Bagdad, pero ignoró totalmente al califa abasí.[13] Treinta y cinco días después (noviembre) moría el mismo sultán de unas fiebres, quizás envenenado, cuando tenía 58 años.