Estaba situada en la costa este, cerca de un cabo que lleva su nombre.
Los habitantes eran dorios y cada ciudad correspondía a una tribu dórica de la isla.
Sobre la ciudad de Lindos se sitúa la acrópolis, una ciudadela natural que fue fortificada sucesivamente por los griegos, por los romanos, por los bizantinos, por los hospitalarios y por los otomanos.
Además debía ser destacado el culto a Heracles, del que había un templo con una pintura de Parrasio, célebre pintor.
[3] Otra leyenda decía que Dánao, al llegar a Lindos con sus hijas, había sido el constructor del templo de Atenea, al que además había dotado con una estatua de la diosa.
Este ofrendó a Atenea Lindia un gran caldero de bronce con inscripciones fenicias: se trataba de la primera vez que la escritura fenicia había llegado a Grecia.
A principios de la Edad Media estos edificios cayeron en desuso, y en el siglo XIV fueron parcialmente cubiertos por una fortaleza construida en la acrópolis por los caballeros de San Juan para defender la isla contra los otomanos.
Una inscripción romana dice que la muralla y las torres cuadradas fueron reparadas a expensas de P Aelius Hagetor, el sacerdote de Atenea en el siglo II.
Había una gran torre redonda al este enfrente del mar y dos más, una redonda y la otra en una esquina, en el lado noreste del recinto.
La iglesia de San Juan, ortodoxa griega, del siglo XIII o XIV, construida sobre las ruinas de una iglesia previa, que pudo haber sido edificada a principios del siglo VI.
No se han encontrado apenas restos del periodo micénico, pero se cree que en el área debió haber un destacado asentamiento también en ese periodo debido a la presencia en los alrededores de necrópolis con tumbas de cámara del periodo micénico en Lardos y Pylona.
Gran parte de este trabajo fue hecho sin tener cuidado con los restos arquitectónicos supervivientes.