No obstante, los barcos de Walshingham acabaron siendo enviados a Jamaica.
Su estado era tan grave que se vio obligado a abandonar la isla y regresar hasta Inglaterra, donde fue reparado.
Después de esta pausa en los astilleros, la nave fue dirigida al Mar del Norte, zona que se tornaba cada vez más rápido como una ruta importante de convoyes franceses y españoles.
Cuando el Almirantazgo británico recibió noticias de que los holandeses se unían al conflicto en Estados Unidos a comienzos de 1781, acondicionaron una escuadra para dar servicio en el Mar del Norte y vigilar las aguas holandesas.
Realizó diversas acciones en el Mar del Norte y en el Atlántico, antes de pasar a la flota en el Mediterráneo.
En enero de 1793, el HMS Berwick es comisionado al capitán John Collins.
En ruta a ella, el 8 de marzo se topó con una escuadra francesa.
había sido volver a montar en San Fiorenzo Bay, Córcega, cuando sus mástiles más bajos, despojado de aparejo, rodaron por la borda y se perdieron.
Apoyado por las naves Minerve y Vestale, el HMS Berwick se vio acorralado en mitad de un fuego en tres frentes que le causaron daños materiales, cuatro heridos y la muerte del propio Littlejohn.
Richery conseguía el objetivo en Terranova: destruir la flota pesquera británica de la región.
El ataque, dirigido por Cosmao-Kerjulien a bordo del Pluton, lo complementaron, junto al Berwick, el Sirène, una corbeta, una goleta y once cañoneras.
[7][8] Los soldados británicos que se encontraban defendiendo el islote, tras rendirse en la que se conoció como batalla de la roca del Diamante, fueron embarcados en el Pluton y Berwickñ y llevados a Fort-de-France.
La flota realizó diversas escaramuzas en la región capturando pequeños buques británicos.