Como el barco español San Ildefonso se rindió al Defence, Deniéport con el Achille aprovechó un poco de viento para intentar tapar la línea.
Fue entonces cuando el barco francés se encontró atrapado entre el Defiance y el Dreadnought perdiendo todo su aparejo excepto las velas más bajas.
La siguiente andanada que lo alcanzó cortó el ardiente mástil por la mitad cayendo sobre cubierta e inmediatamente el barco se vio envuelto en llamas.
Un oficial británico que servía en el Defence escribió: Fue un resplandor tan grande y poderoso como se pueda concebir.
Una columna de poderosas llamas se elevaron a una altura enorme en la atmósfera acabando por expandirse en un globo inmenso que, por unos pocos segundos, se asemejó a un grandioso árbol en llamas moteado de oscuras manchas provocadas por pedazos de maderas y cuerpos humanos que durante unos instantes permanecieron suspendidos en la nube.