El diseño gustaba especialmente a los británicos que hacían todo lo posible por capturar sus barcos llegando incluso a copiar el diseño en sus clases Pompée y América.
Por otra parte, sus especiales características de construcción aportaron otra ventaja y fue un nuevo sistema de producción en serie, revolucionario para su época, lo que suponía una sustancial reducción en tiempo y costes de fabricación, así también como en las posteriores labores de mantenimiento y reparación al estandarizarse su producción y componentes.
Los Téméraire eran barcos de tres palos (trinquete, mayor y mesana) que aparejaban velas cuadradas a tres alturas.
En la proa, el bauprés, contaba con tres foques y vela cebadera.
La superficie en velas era de 2.485 m² y su velocidad máxima era aproximadamente 11 nudos.