Su pensamiento posmaterialista abre una corriente, hasta el momento inexistente en la teoría anarquista, hecho que le llevará a un conflicto ideológico con el mismo Kropotkin al que considerará cercano al positivismo.
[1][2] Errico fue el tercero de cuatro hijos, Emilia (1849), Aniello (1851), Augusto (1857), estudió en una Escuela pía y posteriormente en la universidad de Nápoles para estudiar medicina durante tres años sin llegar a graduarse.
Entre los países en los que viajó figuran Suiza, España, Egipto, Rumanía, Francia, Bélgica e Inglaterra.
Este mismo año publicará polémicos artículos atacando el sindicalismo como cúspide del anarquismo.
En 1914 interviene en el Congreso del Fascio Comunista Anarchico, así como también participa en una campaña insurreccional dirigida contra la Monarquía de Saboya y la Santa Sede.
Esto producirá la separación ideológica con Kropotkin (partidario de la alineación con Francia e Inglaterra).
Las diferencias con Kropotkin se pueden resumir en los siguientes puntos: Siguiendo con su pensamiento, cabe destacar su particular visión sobre el sindicato y su función dentro del movimiento anarquista.
A pesar de esto, afirma que el sindicato es un medio y no una finalidad.
En un primer periodo coincide con Kropotkin al considerar el comunismo como un sistema económico ideal.
Además, Malatesta insiste en el hecho de entender como sinónimos Estado y gobierno.
En segundo lugar, rechaza el concepto de estado meramente como poder central, ya que consecuentemente anarquía se podría entender solo como cantonalismo y comunalismo.
Según Malatesta, el anarquismo tiene una única razón de ser, y es la rebelión moral contra la injusticia.
En el caso de darse situaciones que no se puedan resolver de manera instantánea se debería elegir delegados, los cuales serían personas escogidas entre las más inteligentes pero sin ninguna autoridad sobre las demás.
Añade que la organización debe empezarse desde abajo e ir subiendo gradualmente (de lo simple a lo compuesto).
A la vez, hace algunas aclaraciones sobre el concepto de «anarquista» y critica al pseudoanarquista.
Este, según el autor, se basa meramente en la cantidad, hecho que no contempla la equidad.
Para entender el origen del parlamentarismo, Malatesta nos habla de dos tipos de opresiones históricas: la opresión directa mediante la fuerza, o la indirecta, que será el origen del parlamentarismo.
Así, el parlamentarismo moderno, no es más que la dominación de la clase capitalista mediante la fuerza aplicada sutil e indirectamente.
Ya conocemos, por lo citado en la biografía, los múltiples conflictos que Malatesta tuvo con anarquistas individualistas.
El autor siempre fue contrario al individualismo, hecho que le llevó a la enemistad entre algunos grupos anarquistas.
Su antiindividualismo se da a conocer cuando Malatesta afirma que es imposible la existencia del individuo fuera de la sociedad.
Así pues, la conclusión es obvia: la cooperación es la única manera que el hombre tiene para progresar.
Malatesta destaca la adquisición del lenguaje como factor vital para llegar a la sociabilidad.
El autor ve la solidaridad como un concepto natural y evolutivo ligado al hombre.