Enrique Simonet

Aunque su padre regresó a Málaga, él continuó en Valencia unos años, hasta que también se trasladó a la capital de la Costa del Sol en 1883, y pronto se vinculó al círculo malagueño, donde estudió en el taller del valenciano Bernardo Ferrándiz dentro de la llamada escuela malagueña de pintura.

[1]​ En 1887, marchó a Roma en un viaje costeado por la familia y un año después consiguió la plaza de pensionado en la misma ciudad.

Asimismo, Simonet aprovechó para visitar otras ciudades italianas y la Exposición Universal de París (1889), que dieron como resultado una de sus obras para el pensionado ¡Y tenía corazón!, actualmente en el Museo de Málaga, recibiendo una calificación honorífica, que se expuso en la Academia de San Fernando.

Asimismo, visitó Nápoles en 1890, donde se inspiró para realizar la interpretación del fresco pompeyano Baco y Ariadna, además de pequeñas escenas de costumbres y retratos de género.

A esta etapa catalana se adscriben los tres grandes lienzos sobre las Alegorías del Derecho para el palacio de Justicia de Barcelona en el que se representa en el centro el Derecho Romano, a la derecha el Derecho Eclesiástico y a la izquierda el Derecho Marítimo, o su gran obra El juicio de Paris, presentada en la Exposición Nacional de ese año y por la que obtuvo la orden del comendador de Alfonso XII.