Calella

La clara apuesta de la población por el deporte y la cultura se demuestra en una amplia oferta de actividades deportivas, culturales, artísticas, lúdicas y familiares promovidas por el Ayuntamiento, así como en la gran variedad de instalaciones y disciplinas deportivas que se pueden practicar en la ciudad.

Desde enero de 2016 Calella cuenta con el Museo del Turismo, una propuesta museística única en el mundo que tiene como objetivo mostrar de manera atractiva, didáctica y participativa, la historia del turismo y sus efectos socioculturales y económicos a nivel global.Calella es una ciudad con casi 650 años de historia.

Actualmente se ha ampliado la variedad turística, llegando a recibir visitantes de prácticamente todos los continentes.

No será hasta el siglo XI cuando hay datos que afirman la existencia del vecindario de Capaspre.

[12]​ Estaba formado por un reducido número de masías situadas en lo alto del arroyo, con una capilla dedicada a San Quirico y Santa Julita.

El topónimo de Calella aparece documentado desde el principio del siglo XII.

El documento más antiguo que hace referencia a Calella es el testamento del Obispo Bernat Umbert, redactado el 1101.

Durante el siglo XVI la ciudad fue trazando su entramado urbano y, en 1525 el Papa autoriza construir una iglesia.

Tres años después, se inician las obras del templo parroquial.

Durante estos años, las tradicionales actividades agrícolas y pesqueras se vieron ampliadas con la construcción de barcos.

El último tercio de siglo, gracias a la liberalización del comercio con las colonias americanas, fue la época dorada del comercio ultramarino, que contribuyó decisivamente al desarrollo industrial de toda la comarca.

El 1525 Calella obtuvo del papa Clemente VII la bula que le otorgaba el derecho a constituirse en parroquia independiente.

La construcción del nuevo templo fue encomendada al maestro de obras barcelonés Pere sudar el 1539.

Posteriormente la obra fue confiada al constructor Antoni Mateu, pero su muerte prematura obligó a contratar el famoso escultor y maestro de obras Jean de Tours, que murió en Calella en 1563 dejando la obra inacabada.

Finalmente, se encargó la ultimación del templo a los maestros Joan Soler, calellense, y Perris Rohat, francés residente en Mataró.

A finales del siglo XIV Calella tenía una capilla dedicada a San Telmo, cerca de la playa, que fue habilitada como parroquia en 1528, mientras se construía la nueva iglesia de Santa María y San Nicolás.

Los elementos a destacar son la portada de medio punto, los ventanales renacentistas, el escudo hablando (un Galceran, arbusto) y el matacán sobre la puerta principal.

Sus elementos singulares son la portada, los ventanales, sus esgrafiados clásicos y la torre defensiva para proteger la fachada, con cantoneras de piedra y coronada con un matacán del que sólo quedan las ménsulas que lo sostenían.

El conjunto, junto con la torre de defensa, quedó completado en el siglo XVI.

Está situado en la cima del Capaspre, el mismo lugar donde se había alzado una antigua torre medieval.

Jeroni Martorell haga construir una magnífica balaustrada ornamentada con farolas, copas y escalinatas.

En el paseo se desarrollan, entre otras muchas actividades, la Feria de Calella y el Alt Maresme o la prueba deportiva Ironman.

Originalmente presentaba unas construcciones anexas para los corrales, cámaras frigoríficas o la casa del vigilante.

Situación de Calella en la comarca del Maresme
Playa de Calella
Iglesia Santa María y San Nicolás
Capilla de San Quirico y Santa Julita
Torretas