En el término de Becerril se han encontrado restos arqueológicos.
A partir de la época del emperador Augusto, la zona fue totalmente romanizada.
En excavaciones hechas en el término municipal se han encontrado diversos objetos y bustos romanos del siglo II; se conservan en el Museo Arqueológico Provincial.
En el siglo XVII hubo peticiones para que la villa fuera vendida, pero no llegó a suceder tal cosa, alegando que era behetría de mar a mar.
Situada en una llanura fértil y amena a orillas del canal de Campos, con clima sano y suave, excepto en el invierno que así como en toda la provincia, es bastante riguroso.
Sus casas, que ascienden próximamente a 700, son en lo general muy antiguas y de un solo piso alto, muchas de las cuales están ruinosas; no tiene más que una plaza en el centro de la población, bastante capaz y bien empedrada, lo mismo que se hallan las calles, merced al celo del corregidor Don Andrés Miñano.
Por el NO y SO pasa tocando las casas, el canal de Campos que atraviesa su término en dirección a Paredes de Nava, obra importante para el pueblo que se describe, pues que le proporciona la extracción de sus granos que es su principal riqueza; también le baña por el lado del N un riachuelo o arroyo llamado el Cuérnago, que saliendo del río Carrión entre Perales y Villaldavín, se incorpora con el canal después de formar una curva en el sitio llamado la Retención a 1/2 legua de Calahorra; sus aguas dan movimiento a varios molinos harineros, y entre ellos al que pertenece a los propios de la villa.
Pero el número de arrieros se quedó en siete a mediados del siglo XVIII porque las familias que hacían estos trabajos en sus casas decidieron vender directamente la lana a compradores que venían de fuera con este fin.
Además Becerril contaba con más iglesias y ermitas hoy desaparecidas.
En total llegó a albergar siete iglesias y ocho ermitas.
Hoy en día todavía se conservan paredes y columnas de la iglesia.
Cerca de esta se encontraba la fuente del mismo nombre, que ha perdurado hasta hoy.
Ermita de San Miguel del Otero: esta ermita se encontraba en el pago que recibe su nombre y este último, se encuentra justo encima del pago Sante Cilde.
Se sabe de ella por escritos antiguos del pueblo, al igual que ocurre con las demás.