Su arquitectura es mayormente renacentista, mientras que su mobiliario interior responde a diversas variedades estilísticas del barroco.
Las obras se prolongaron hasta comienzos del siglo XVII, concluyéndose la cabecera y las naves hacia 1613.
En la actualidad, es la única parroquia en activo de las siete que llegó a tener esta villa palentina.
El Retablo Mayor es una notable construcción del barroco avanzado realizada por el artista comarcal Santiago Carnicero en 1688; doce años más tarde, Diego de Avendaño se encargó de dorar la mazonería.
Los grandes lienzos de pared apenas ven rota su monotonía por estrechos ventanales, algún óculo y los robustos contrafuertes dispuestos en todo el perímetro, lo que realza la monumentalidad del edificio y produce una sensación de mole pétrea.