Fue remodelado a finales del siglo XX para instalar un museo de arte sacro con obras recogidas de otras iglesias de la localidad, exhibiendo, entre otras disciplinas artísticas, pinturas, esculturas y orfebrería.
Otros artistas también presentes en este museo son Juan de Juni, Francisco Giralte o Tomás de Sierra, así como un buen número de obras anónimas que abarcan varias épocas, estilos y calidades.
La nave central se cubre con un alfarje de influencia mudéjar, al igual que el que cubre el sotocoro, decorado con figuras esculpidas de rica policromía.
En el testero de la nave central, un teatral retablo barroco del siglo XVIII.
Otros retablos renacentistas, góticos o del primer barroco se distribuyen por las salas del museo, constituyendo una interesante colección de esta disciplina artística.