En idioma sánscrito, el término अर्जुन árjuna significa: Proviene de la misma raíz indoeuropea que generó al latín argéntum (‘plata’).
Sin embargo, fue persuadido por su auriga y amigo cercano, el dios Krisna, para cambiar de opinión.
El rey Pandú mató involuntariamente ―al confundirlos con una pareja de venados― a un sabio que estaba teniendo una relación sexual con su esposa (en realidad el Majábharata dice que se habían convertido en venados para disfrutar más del sexo).
Por lo tanto Pandú era incapaz de engendrar un hijo (en sánscrito, panda significa justamente ‘eunuco’).
Su primera esposa, Kunti, había recibido en su juventud una bendición del santo varón Durvasa, que le permitiría invocar a la deidad de su preferencia y concebir un hijo con esta.
Los cimientos de su carrera como guerrero fueron configurados cuando él era muy joven; Aryuna fue un estudiante dedicado y sobresaliente; aprendiendo a conciencia todo lo que su gurú Drona Acharia pudo enseñarle, obteniendo tempranamente el grado de ati rathi, o guerrero excepcional.
A los concursantes se les pedía templar un pesado arco y atinar una flecha en el ojo del pez giratorio.
Algunos (incluyendo a Karna, otro héroe del Majābharata) fueron descalificados sobre la base de su pobre linaje.
“Cualquier cosa que sea, compártanla equitativamente entre ustedes, y no discutan más acerca de ello” contestó.
Los hermanos tomaban tan en serio aún los comentarios más casuales de su madre, que decidieron convertir a Draupadi en su esposa común.
Adicionalmente a Draupadī, Aryuna contrajo matrimonio con otras tres damas, que llevaron por nombre Chitrangada, Ulupi y Subhadra.
Sus vagabundeos lo llevaron a la antigua Manipur en los Himalayas orientales, un reino casi místico reconocido por su belleza natural.
Cuando Aryuna se encontraba en Manipur, Ulupi ―una princesa naga (una etnia india, que en las leyendas aparecen como mitad humanos, y mitad serpientes) de carácter dulce y noble― se enamoró perdidamente de él.
Consiguió secuestrarlo tras drogarlo con un potente brebaje y lo hizo transportar a sus dominios en el inframundo.
Esta situación se vio favorecida con el apoyo de Krisna, quien siempre fue muy cercano a Aryuna y deseaba solo lo mejor para su hermana Subhadra.
Adicionalmente, le concede a Aryuna un carro de origen divino, con poderosos e infatigables caballos, que no pueden ser heridos por las armas normales.
Durante el incendio del bosque, Aryuna decide indultar a un asura (demonio) llamado Maia, quien era un talentoso arquitecto.
En muestra de su gratitud, Maia le construye a Iudishtira un majestuoso palacio real, sin parangón en el mundo.
El entrenamiento de Aryuna en este periodo será particularmente importante en la guerra que se avecina.
Durante el quinto año de su exilio, Aryuna deja a los demás y se marcha a hacer penitencia ante el dios Shivá, para obtener así la Paśupata, arma personal de Shiva, una tan poderosa que no tenía contra-arma.
Mientras Aryuna se encontraba en Indraloka, la apsará (ninfa) Urvashi le propuso tener relaciones sexuales.
Urvashi, molesta por su rechazo, le dijo que una apsará no es hermana ni madre de nadie.
Al finalizar el periodo de su exilio, los Pándavas buscan que los Kauravas les regresen su reino, como lo habían prometido.
Se pregunta si realmente valdrá la pena matar a sus allegados para el bien del reino.
El cumplimiento del deber moral, le dice, tiene preferencia sobre cualquier otro propósito, ya sea espiritual o material, en esta vida.
Durante la batalla, Aryuna da muerte a su medio hermano Karna, otro formidable guerrero que peleaba en el bando de los Kauravas y en contra los Pándavas.
Habiendo pedido morir si fallaba en matar al rey Sindhu, Yaiadratha, a quien señalaba como principal responsable antes de finalizar el día, Aryuna en el proceso da muerte a un akshauhini entero.
Los guerreros Kaurava se regocijan ante la derrota e inminente muerte de Aryuna, y durante un instante Yaiadratha se ve expuesto, Krisna apresura a Aryuna y este dispara una poderosa flecha que decapita a Yaiadratha.
Los seguidores del santo bengalí Chaitania (1486-1534) creían que este era un avatar de Krisna (unido a su consorte Rādhā).
Como ―según el hinduismo― Krisna siempre desciende con sus asociados cercanos, los exégetas debían reconocer la “personalidad original” de cada allegado del santo.