La buena relación que tenía con su maestro creció al contraer matrimonio, en 1633, con Francisca, hija del sevillano.
[2] Martínez del Mazo lo culminó y firmó en 1647, cuando ya había muerto el príncipe de Asturias.
[2] Es destacable la calidad con la que fueron representados los monumentos arquitectónicos, muchos de los cuales se han perdido.
[2] Desde dicho salón se podía ver la ciudad, y al Ebro que la atravesaba.
Entre los primeros cuadros que llegaron al museo se encontraba la Vista de Zaragoza.
Felipe IV mantuvo una gran relación con la ciudad debido a que en ella asentó su cuartel general durante la Guerra de Cataluña.
[7] La comitiva real estaba integrada por numerosos personajes de la corte, que pueden apreciarse a la orilla del río.
[7] El paisaje es muy realista y la presencia de pequeños personajes aporta gran vida a la escena.
[11] Martínez del Mazo era un conocido paisajista, especialista en pintar cuadros de tema cinegético y grandes panorámicas con bien trazados detalles topográficos y diminutos personajes que daban vida a la escena.
[12] Ello le permitió ejecutar con destreza los detalles de este cuadro, su obra más conocida.
[15] Este cuadro tiene una innegable calidad técnica y está fuertemente enraizado con el estilo velazqueño.
[16] Se conocen varias copias del cuadro, todas hechas entre el siglo XVII y el XVIII, la mayoría en colecciones particulares.