En 1664, se apresuró a alcanzar Szentgotthárd, pero llegó demasiado tarde para participar en la batalla de San Gotardo.
Por estas hazañas, el rey Juan III Sobieski de Polonia le concedió la Orden del Águila Blanca, la más alta distinción polaca.
Entre 1660 y 1663, Valeriano reemplazó el viejo Castillo de Usingen por un nuevo palacio.
En 1905, el consejo de la ciudad erigió un monumento a Valeriano en los jardines del palacio (ahora un parque público) como agradecimiento.
La población del territorio en torno a Usingen había sido diezmada en la Guerra de los Treinta Años.