En cosmología se llama volumen de Hubble o esfera de Hubble a la región del universo que rodea a un observador, más allá de la cual los objetos se alejan del mismo a una velocidad mayor que la velocidad de la luz debido a la expansión del universo.
En sentido amplio, el término «volumen de Hubble» puede aplicarse a cualquier región del espacio con un volumen del orden de
Frecuentemente el término se utiliza de forma completamente errónea como sinónimo del universo observable; sin embargo, los dos conceptos no son iguales, ya que el universo visible es notablemente más grande que el volumen de Hubble.
Es igual a 14.400 millones de años luz en el modelo cosmológico estándar, similar en orden de magnitud —aunque algo mayor— que
ofrece la edad del universo por una extrapolación hacia el pasado que supone una velocidad de recesión de las galaxias constante desde el Big Bang.
La ley de Hubble señala que los objetos en el límite de Hubble se alejan a una velocidad promedio
Esto es significativo ya que, en un universo en el cual el parámetro de Hubble hubiera sido constante, la luz emitida ahora por objetos fuera del límite de Hubble nunca podrían ser vistos por un observador terrestre.
Sin embargo, el parámetro de Hubble no es constante.
En un universo de Friedmann en desaceleración, la esfera de Hubble se amplía más deprisa que el propio universo y su límite alcanza la luz emitida por galaxias anteriormente no observables.
[1] El límite de Hubble, pues, no define el horizonte de sucesos cosmológicos —es decir, la frontera entre aquellos acontecimientos visibles en un momento dado y aquellos que no lo son nunca—,[4] porque, dependiendo del modelo adoptado, la luz emitida en tiempos remotos por objetos fuera de la esfera de Hubble podría finalmente entrar en la esfera y ser vista.
[2] Si, como comúnmente se acepta, la expansión del universo se acelera,[5] en un futuro algunos objetos dentro del límite de Hubble ya no podrán ser observados.