Además dicha expansión acelerada, da lugar a una nueva teoría del fin del universo que recibe el nombre de Gran Desgarramiento o, en inglés, Big Rip.
[3] Puesto que la energía causante de la aceleración del espacio-tiempo no ha podido ser observada en forma directa, se ha dado en llamarla energía oscura.
Dos candidatos teóricos que podrían hacer las veces de esta energía son una constante cosmológica no igual a cero (que pudo haber causado la inflación cósmica) y una energía repulsiva más general llamada quintaesencia.
De todas maneras, una expansión acelerada no entra en contradicción frontal con la formulación original de la teoría general de la relatividad, que ya ocasionó en su tiempo una polémica entre Albert Einstein, quien en un tiempo introdujo la constante cosmológica en su ecuación de campo retirándola después, y varios científicos: Alexander Friedman, Georges Lemaître, Howard Percy Robertson y Arthur Geoffrey Walker, quienes probaron que existían soluciones estables no estacionarias sin el término proporcional a la constante cosmológica.
Este fenómeno fue puesto de relieve en 1998 por dos equipos internacionales, el Supernova Cosmology Project, dirigido por Saul Perlmutter,[6] y el High-Z supernovae search team, dirigido por Adam Riess y con Brian Schmidt [7] lo que les valió a los tres el Premio Nobel de Física en 2011.
La contribución al crecimiento cósmico por despliegue de la luz en el mismo es despreciable durante la inflación.