En algunos países, como sucede en Italia, reciben el nombre de salsas o macalubas.
Los gases emanados en los volcanes de lodo están formados principalmente por hidrocarburos gaseosos y de otro tipo como metano y anhídrido carbónico, así como gases sulfurosos en menor proporción.
En estos volcanes pueden presentarse explosiones e incendios por la enorme presión que pueden llegar a soportar: recordemos que el combustible para los motores diésel se inflama en una combustión espontánea cuando se somete a una elevada presión, estas explosiones pueden producirse después de la deshidratación progresiva del lodo al contacto con la superficie, con lo cual se puede llegar a sellar la salida del gas y, al aumentar progresivamente la presión, entrar en erupción la cual, aunque no es tan violenta como en las erupciones volcánicas propiamente dichas, no deja de tener cierto peligro, aunque nunca se han registrado problemas graves en este sentido.
En esta erupción, el lodo invadió 12 aldeas y obligó a la evacuación de unas 10 000 familias.
En cambio, si se trata de un lodo muy líquido, la altura del cono volcánico es muy escasa.