[2] La sociedad malagueña estaba preocupada sobre el lugar donde pasarían la noche los Reyes y finalmente eligieron el Palacio de la Aduana, actual Museo de Málaga.
Así mismo, al Teatro de la Merced, situado en el mismo lugar que hoy día ocupa el Teatro Cervantes se le dio el nombre de Teatro Príncipe Alfonso, en honor al Príncipe de Asturias y futuro Alfonso XII.
Del mismo modo, los monarcas disfrutaron del certamen internacional que se celebró en dichas fechas en la ciudad, para albergar al cual, se erigió un imponente pabellón en la zona del actual paseo de Reding.
Como conmemoración de dicha exposición, fueron realizados medallones que causaron una agradable sensación a la Reina, que acabó contratando al artesano que las había grabado.
[4] Para conmemorar la visita, se alzó un arco del triunfo, diseñado por José Trigueros para conmemorar el evento.