En 1936, se convirtió en espía para la Alemania nazi, desempeño que continuó durante la Segunda Guerra Mundial.
Fue conduciendo ambulancias y motocicletas durante la guerra cuando se aficionó a la velocidad.
[4] Sus años atléticos más brillantes se sitúan entre 1921 y 1924, cuando su lema era "Ce qu'un homme fait, Violette peut le faire!"
La Fédération française sportive féminine (FFSF – Federación francesa deportiva femenina) rechazó renovarle la licencia debido a las quejas por su estilo de vida «escandaloso» impidiéndole participar en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928.
[6] Violette apeló, pero durante el juicio su último amante masculino, Raoul Paoli, confirmó su vida disoluta y que Morris se acababa de someter a una mastectomía electiva, según ella misma para poder conducir más fácilmente los entonces estrechos coches de carreras, donde le era difícil encajar su busto acorde con su fuerte constitución.
[7] Jean Cocteau, para quien hizo de chófer en varias ocasiones, la retrató en un dibujo.
Se benefició de la ocupación alemana, a menudo en connivencia con el hampa local.
Su cuerpo, acribillado a balazos, no fue reclamado, y fue enterrado en una fosa común.