Vidrio catalán

[1]​ El vidrio catalán empezó a cobrar relevancia en el siglo XIV, cuando se comenzó a imitar los vidrios esmaltados que llegaban de importación al puerto de Barcelona procedentes del Próximo Oriente.

El material que se utilizaba para su elaboración era un vidrio verde de diversas tonalidades, al que se aplicaban puntos y líneas dorados a fuego, y que se decoraba con dibujos de estilo oriental, generalmente arabescos o motivos naturales (plantas, animales).

Las principales tipologías eran: la almorratxa (almorraja), el càntir (botijo), el porró (porrón) y el setrill (aceitera).

[4]​ Otro tipo bastante extendido era el de las pilas de agua bendita para domicilios, generalmente formadas por un enrejado que se adhería a la pared y un recipiente en forma de cuenco o concha para el agua.

[11]​ Los principales centros de producción estaban en Barcelona, Gerona, Lérida, Palau-del-Vidre, Manresa, Reus, Mataró, Granollers, Moncada, Vich, Arenys de Mar, Corbera, Vimbodí, etc.[10]​ En 1659 el Ayuntamiento de Barcelona estableció unas ordenanzas para regular la industria del vidrio, entre la que se encontraba la exclusividad de su comercialización en determinadas tiendas públicas.

Jarros de vidrio catalán ( c. 1550-1600), Museo del Diseño de Barcelona