Hasta la fecha aún no se ha podido encontrar evidencia definitiva que confirme la existencia presente o pasada de vida en Marte.
Por ello, aunque el consenso general de la comunidad científica descarta la posibilidad de vida actual en Marte, persisten algunas dudas sobre si alguna vez existió vida en este planeta cuando su atmósfera era más densa y el agua existía en abundancia sobre su superficie.
El astrónomo estadounidense A. Hall descubrió los satélites Fobos y Deimos, mientras el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli se dedicó a cartografiar cuidadosamente Marte; en efecto, hoy en día, se usa la nomenclatura inventada por él para los nombres de las regiones marcianas (Syrtis Major, Mare Tyrrhenum, Solis Lacus, etc.).
Hacia los años 1950, ya casi nadie creía en civilizaciones marcianas, pero muchos estaban convencidos de que, si había vida en Marte, sería en forma de musgos y líquenes primitivos, hecho que se puso en duda al ser Marte visitado por primera vez por una nave espacial, el Mariner 4, en 1965.
El término marciano define a cualquier extraterrestre ficticio que no sea habitante terrestre.
La interpretación original fue correctamente evaluada por el Jefe del programa Viking, Gerry Soffen, como una ilusión óptica de luz y sombra,[3][4] sin embargo, el comentarista ufólogo seudocientífico, Richard Hoagland, publicó un libro afirmando que la fotografía representaba un monumento de algún tipo, y su existencia era prueba de que una inteligencia extraterrestre visitó este planeta en un momento lejano del pasado.
Fotografiada bajo diferentes condiciones de iluminación y a una resolución más alta, la forma no parece una cara.
[12][13][14][15] La sonda espacial Phoenix comprobó en 2008[16] que cuando la temperatura se eleva por encima de cierto límite, y/o es expuesto a la radiación solar y radiación cósmica, el hielo de la superficie se sublima, convirtiéndose en vapor sin pasar por el estado líquido; es así como se forma el vapor de agua en la atmósfera del planeta, aunque está presente en proporción ínfima (0,01%).
[20] Algunos investigadores asumen que las formas regulares podrían ser microorganismos fosilizados, similares a los nanobios o nanobacterias.
Además, se identificaron en el interior "estructuras celulares y secreciones exopoliméricas".
Los científicos de la NASA concluyeron que "al menos un 75% del material orgánico no puede ser contaminación terrestre.
Sin embargo, otros investigadores han recalcado que el carbono es el cuarto elemento más abundante del Universo, por lo que encontrarlo en curiosas formas o patrones, no sugiere la posibilidad de origen biológico.
El origen del metano en la atmósfera marciana puede deberse al impacto de meteoritos.
Eventualmente, el gas escapa por una fisura y acarrea consigo partículas de arena basáltica a la superficie.
Solo el 'Labeled Release Experiment' dio resultado positivo de actividad metabólica.
En 2006, Gilbert Levin presentó una vez más sus conclusiones durante un seminario de ciencias geofísicas en Washington, EE. UU.
[54] Un equipo estadounidense dirigido por Rafael Navarro González, concluyó que el equipo utilizado por las naves Viking para detectar moléculas orgánicas naturales pudo haber sido insuficientemente sensitivo para la cantidad de material analizado.
[56] Al proponerse así la posible existencia de vida en Marte, luego de una investigación independiente, en 2007 el neurobiólogo argentino Mario Crocco consideró que sería necesario crear una modificación en el más alto nivel de la taxonomía (clasificación biológica), y crear nuevas categorías taxonómicas para poder incorporar al hipotético microorganismo marciano, al que nombró en una publicación del Hospital Neuropsiquiátrico "Dr.
Del mismo modo todas estas presuntas pruebas aportadas por M. Crocco no han sido publicadas ni corroboradas en una revista científica con un análisis de revisión por pares de expertos en disciplinas afines al tema; por lo que no se pueden aceptar como investigaciones fehacientes; y por ello no han sido reconocidas por la comunidad científica.
La misión se centra en colocar en 2012 un vehículo explorador de tipo rover sobre la superficie marciana.
El MSL tiene 3 comedidos para la evaluación de los procesos biológicos: ExoMars es un proyecto desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA) para enviar en 2016 un orbitador a Marte y un vehículo para realizar un aterrizaje estático; y luego en 2018 se lanzará un explorador robótico (rover) que efectuará la búsqueda de posible vida en Marte, tanto pasada como presente.