Así mismo esto daría las condiciones de seguridad y sostenibilidad a una posible colonia humana en grandes porciones del planeta.
Marte se encuentra en el límite de la zona habitable, por lo que podría darle a la humanidad algunos miles de años adicionales para poder desarrollar una tecnología espacial superior, y así poder asentarse en los bordes del sistema solar y en un futuro en otros sistemas planetarios.
Marte ya contiene muchos de los minerales que podrían, teóricamente, utilizarse para la terraformación.
Adicionalmente, la electrólisis se podría emplear para separar el agua del planeta en oxígeno e hidrógeno si existiese la electricidad suficiente.
El entorno marciano presenta varios desafíos para la terraformación a superar y el alcance de la ésta puede verse limitado por ciertos factores ambientales clave.
El choque de un cometa en la superficie del planeta causaría una destrucción que podría llegar a ser contraproducente.
Un bombardeo de pequeños asteroides aumentaría tanto la masa del planeta como su temperatura y atmósfera.
[10] La importación de hidrógeno podría llevarse a cabo mediante ingeniería atmosférica e hidrosférica.
El densificar la atmósfera marciana no sería suficiente para hacer el planeta habitable para la vida terrestre, a menos que contuviera la mezcla apropiada de gases.
La ingeniería genética podría permitir que esos organismos procesaran la atmósfera más eficientemente y sobrevivieran en el ambiente hostil.
Otro método, mucho más complicado, sería utilizar el amoníaco como un potente gas de efecto invernadero (ya que es posible que la naturaleza tenga grandes reservas del mismo congelado en asteroides orbitando las afueras del sistema solar); podría ser posible mover estos asteroides (por ejemplo usando grandes bombas nucleares para explotarlas y hacer que se muevan en la dirección correcta) y enviarlos hacia la atmósfera marciana.
Ya que el amoniaco (NH3) tiene mucho nitrógeno quizás podría solventar el problema de tener un gas inerte en la atmósfera.
Repetidos pequeños impactos también podría contribuir a incrementar la temperatura y la masa de la atmósfera.
Marte requeriría un gas inerte similar, aunque no necesariamente en tanta cantidad.
Otra manera sería importar metano u otros hidrocarburos, (que son comunes en la atmósfera de Titán y en su superficie).
El metano podría ser ventilado hacia la atmósfera donde actuaría como componente del efecto invernadero.
Grandes cantidades de los productos resultantes (CO2 y agua) son necesarios para iniciar los procesos fotosintéticos.
[16] Estos gases se proponen para su introducción porque producen un efecto invernadero muchas veces más fuerte que el CO2.
[16] Una propuesta para extraer minerales que contienen flúor como fuente de CFC y PFC es apoyada por la creencia de que debido a que estos minerales se espera sean al menos tan comunes en Marte como en la Tierra, este proceso podría sostener la producción de cantidades suficientes de invernadero óptimo (CF3SCF3, CF3OCF2OCF3, CF3SCF2SCF3, CF3OCF2NFCF3, C12F27N) para mantener a Marte a temperaturas "confortables", como un método para mantener una atmósfera similar a la Tierra producida previamente por otros medios.
Podrían ser producidos por bacterias aerobias modificadas genéticamente o por artilugios mecánicos repartidos sobre la superficie del planeta.
El usar formas de vida es particularmente atractivo ya que podrían propagarse ellas mismas.
[18] Los gases producidos harían más densa la atmósfera y contribuirían al efecto invernadero.
Adicionalmente, el polvo levantado por la explosión nuclear cubriría el hielo y reduciría su albedo, permitiendo que se fundiese más rápidamente bajo los rayos del sol.