Como llegó tarde, Churchill buscó los avances científicos del profesor Edwin Bracewell, incluyendo unos dispositivos robóticos que ellos llaman "Soldados de Hierro", que el Doctor reconoce inmediatamente como sus archienemigos, los Daleks.
Sin saberlo ni él ni los humanos, en la órbita de la luna hay una nave Dalek escuchando el "testimonio" del Doctor, que los Daleks a bordo usan para activar un "Dispositivo Progenitor",[1] tras lo cual los Daleks revelan sus intenciones, matando a varios guardias y revelando que Bracewell es un androide, antes de transmatearse a su nave.
El Doctor les sigue en la TARDIS, dejando atrás a Amy por su seguridad.
Como los Daleks actuales fueron creados a partir del ADN de Davros, el Progenitor no les aceptaba como auténticos Daleks, y así necesitaban un testimonio de su mayor enemigo para activarlo.
Cuando el Progenitor termina, emergen de él cinco flamantes nuevos Daleks con un nuevo diseño que destruyen los modelos más viejos e "inferiores", que se entregan gustosamente a la muerte.
Los Daleks, que han jugado con la compasión del Doctor por la Tierra, anuncian su victoria y escapan al hiperespacio.
Mientras la TARDIS se desmaterializa, en el muro de detrás aparece otra grieta.
[3] El show runner Steven Moffat deseaba traer de vuelta a los Daleks, ya que eran popular entre los niños y se habían convertido en "unos más entre los regulares".
El brazo ocular se diseñó para estar al mismo nivel que los ojos de Smith.
Fue el segundo programa más visto del día, sólo superado por Britain's Got Talent con 11,87 millones de espectadores.
[2] Patrick Mulkern del Radio Times alabó el episodio como "una victoria para todos", y alabó a Gatiss por el personaje del profesor Bracewell, comentando favorablemente cómo el escritor "le convierte en un robot emotivo como Data de Star Trek, y le dio a Bill Paterson material merecedor de su estatus".
[17] Matt Wales de IGN, sin embargo, fue menos positivo, y le dio al episodio un 5 sobre 10.