Vicente Soto

Combatió en el bando republicano durante la Guerra Civil y estudió derecho en la Universidad de Valencia, carrera que llegó a terminar, aunque no ejerció nunca.

En aquellos años ganó un premio oficial de teatro, y la comedia infantil Rosalinda fue representada en el Teatro Apolo de Viveros y luego en el Teatro María Guerrero de Madrid, lugar hacia donde marchó desde su Valencia natal a causa del acoso al que lo sometían las autoridades franquistas por su condición de excombatiente republicano.

Trabajó allí de auxiliar administrativo en una oficina de una Mutua Sanitaria y se vinculó a la tertulia sabatina del Café Lisboa de Madrid —iniciada en 1946—, donde se reunían artistas e intelectuales contrarios a la dictadura (Antonio Buero Vallejo, Francisco García Pavón, Juan Eduardo Zúñiga, Ezequiel González Mas...).

Como no lograba mantenerse en Madrid con lo que trabajaba y ya estaba casado con Blanca, su mujer, se exilió a Londres en 1954 para literalmente poder comer a diario, compaginando con la escritura creativa diversos trabajos —buscó trabajo como friegaplatos en un restaurante del Soho, aunque pronto se ocupó de tareas administrativas y como su gerente—, periodista freelance, miembro del COI (Central Office of Information), crítico de teatro durante tres años para la sección en español de la BBC, director de una revista de maquinaria industrial, traductor y profesor de español.

Murió al poco de regresar a España en 2011.