Su instrucción académica se inició en la escuela que Francisco Carmona dirigía en Puerto Lumbreras.
[2] Por esos años conoció a dos personas que marcaron el rumbo de su vida: el periodista y escritor Juan José Menduiña, que se convertiría en su mentor y gran amigo, y la joven Vicenta que tantas composiciones le inspiró.
Al igual que ocurriera con otros poetas españoles como Jorge Manrique, Garcilaso de la Vega o Gustavo Adolfo Bécquer (a cuya escuela pertenece), le sobrevino la muerte en plena juventud cuando había alcanzado la madurez como escritor.
Solamente se conocen unas 40 composiciones, en su mayoría sonetos y madrigales.
También se conservan algunos romances, silvas y varias elegías (recogidos en el libro Poesías), más una veintena de poemas inacabados y tres relatos en prosa.