Las piedras sirven también como una capa protectora que ayuda a retener la humedad en el suelo durante los secos meses de verano.
[4] La mayoría de los vinos que se producen son tintos, con trece diferentes variedades de uva permitidas por la normativa de la denominación: variedades tintas como grenache, syrah, mourvèdre, cinsaut, counoise, terret noir, muscardin y vaccarèse, y variedades blancas clairette, roussanne, picpoul, picardan y bourboulenc.
La grenache produce un mosto dulce con una consistencia casi de mermelada cuando está muy maduro.
[3] No hay restricciones en cuanto a las proporciones de las diferentes variedades, pero vinos monovarietales son muy infrecuentes.
Algunos productores insisten en usar al menos una proporción suficiente de las trece variedades permitidas en sus ensamblajes.
La única bodega que cultiva las trce variedades y las usa consistententemente en una mezcla es Chateau de Beaucastel.
Aunque generalmente se consideran vinos con cuerpo y poderosos, los vinos usualmente tienen menos tanino que los dominados por la syrah del norte del Ródano, y tienden a tener aromas de frutas rojas (como frambuesa más que de frutas negras.
En Châteauneuf-du-Pape tinto dominado por mourvèdre tiende a ser más altos en tanino y requerir una mayor estancia en bodega antes de estar disponibles.
Algunas bodegas hacen un vino varietal, con roussanne, que se madura en barrica de roble.
Las temperaturas de fermentación se mantienen altas, bombeando y pinchando los hollejos para obtener más taninos y color, de manera que se consiga el oscuro color característico del Châteauneuf.
La normativa AOC limitan el rendimiento a casi la mitad de lo que se permite en Burdeos.
[5] A principios del siglo XX, Châteauneuf-du-Pape estaba dominada por el fraude en el vino; varias normas para la producción de Châteauneuf-du-Pape, elaboradas y promulgadas en 1923, fueron las primeras reglas de Appellation Contrôlée en Francia, y proporcionaron el prototipo para las posteriores normas AOC.