[1] Se trasladó a Sevilla en 1585 con el cardenal Rodrigo de Castro.
[1] La madre falleció en el parto de su primer hijo, Alejandro Resta, en 1606.
[6] Su único hijo legítimo, Alejandro, recibió su herencia legítima correspondiente,[6] nombrando como albaceas y testamentarios a Fernando de Céspedes y Velasco, teniente alcaide del Alcázar, y a Juan de Asiaín Ugalde, tesorero del Alcázar.
[7] No obstante, falleció con poco dinero y su herencia fue escasa.
Por ello solicitó al conde-duque de Olivares, alcaide del Alcázar desde 1607,[1] que situara a su hijo Alejandro como maestro mayor, petición que no fue concedida, ya que el cargo lo ocupó Miguel de Zumárraga primero[8] y Jerónimo de Guzmán después.