También hizo topografía y durante varios años trabajó en los proyectos de aprovechamiento hidráulico del Aragón Subordán.
Comenzó su actividad como escritor a los treinta y seis años, animado por algunos reconocidos lingüistas, como Alwin Kuhn.
Así, se agrega el interés etnográfico a su valor literario: «Las yerbas», «Los huertos», «La siega», «La trilla», «La sanmigalada», «La siembra», «La nieu», «Lo pescataire»...
Diez años después de su muerte se recogieron doce poemas en el libro Añada'n la Val d'Echo.
Tomás Buesa editó también Los míos recuerdos, donde se recogen 130 de las 190 composiciones del poeta jaqués, algunas publicadas también en diversas revistas especializadas alemanas y otras traducidas al esperanto.