Pueden aceptar el nombre genérico de cultivos hortícolas, ya que tradicionalmente los principales cultivos de las huertas han sido las hortalizas, verduras, o legumbres, aunque a menudo también incluían árboles frutales.
En el año 2009, ya habían instalado alrededor de 100 «camas-cultivables», una especie de maceteros, con diversas formas y tamaños, que se pueden instalar donde menos se espera, y que son utilizados para autoabastecer a sus propietarios de verduras y hortalizas durante todo el año.
En el año 2010, ya habían doblado el número de clientes, y empezaron a extenderse por otras ciudades.
[8][9] La finalidad de este modelo hortícola metropolitano de huerta atomizada –y, por lo tanto, distinto del primitivo huerto tradicional rural- y propiciada bien por entidades gubernamentales como no gubernamentales, no es tanto aportar alimentos, como sí promover una diversificación de los hábitos alimentarios y su calidad.
[10] Por ejemplo, en los colegios públicos se han generalizado las huertas escolares, como una estrategia autosostenible, que genera consciencia en los estudiantes y futuros ciudadanos frente a las diferentes opciones de producir alimento.