En esta disciplina fue profundizando sin abandonar las ciencias naturales, con lo que consiguió una formación matemática insólita para la época en España.
Murió en Toledo, y su biblioteca especializada pasó a la Unidad de Matemáticas del CSIC.
[5] Dos de los campos a los que se dedicó fueron la lógica matemática (publica en El Progreso Matemático entre 1891 y 1894 siete trabajos sobre el tema, introduciéndola en España) y la geometrías no euclidianas (desde 1887 a 1910 publica diez trabajos sobre Geometría, dos de los cuales publica en la prestigiosa revista alemana Matematische Annalen, en la que colaboraban nada menos que David Hilbert, Georg Cantor y Sophus Lie; uno en el Bulletin de la Société physico-mathematique de Kazán (Rusia), otro en The Educacional Time (Londres), dos en Archivos de Matemáticas puras y aplicadas (Valencia), cinco en El Progreso Matemático y uno en la Revista Matemática Hispano-Americana).
Divulgó la biografía de matemáticos ilustres: en 1893 le dedica tal trabajo a Nikolái Ivánovich Lobachevski en El Progreso Matemático y en 1894 a Wolfgang y János Bolyai (padre e hijo) en la misma revista; también divulga la obra del japonés Seki y sus discípulos en la Revista de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales en 1904,[6] así como a otro ilustre paisano, el cardenal Juan Martínez Guijarro, Siliceo o Silicio, le dedica unas notas biográficas en la Revista de la Real Sociedad Matemática Española en 1911.
Su trabajo Sur les propiétés graphiques des figures centriques (Extrait d’une lettre adressé a Mr.