Venancio, llamado el «último poeta romano» por el filólogo alemán Friedrich Leo, forma parte de la Antigüedad tardía, aunque también se le considera el primer poeta medieval en el reino franco.
En el 567 se estableció en Poitiers, donde fue ordenado sacerdote, y en el 599 fue nombrado obispo de la ciudad.
Entre los muchos elementos culturales que el cristianismo asumió de la literatura latina se encuentran los himnos.
De especial importancia son sus once libros Carmina miscellanea, que contienen himnos, elegías, encomios, epigramas, epitafios y otros textos variados.
Entre los himnos se encuentran los conocidos "Pange, lingua, gloriosi proelium certaminis"[2][3] y el "Vexilla regis", sobre la Pasión, y "O Redémptor sume carmen" [para la bendición de los Santos Óleos el Jueves Santo en la Misa Crismal] que se siguen utilizando en la liturgia.