Está representado por comunidades vegetales similares adaptadas para soportar el verano árido y se encuentran en cinco regiones climáticas mediterráneas del mundo: En todos los casos están situadas en la fachada occidental de los continentes, hacia los 30° y los 40° (44° en el Mediterráneo).El fuego juega un papel importante en la dinámica de estos bosques y, por ello, las especies que lo componen han desarrollado numerosos mecanismos para adaptarse a los incendios.Así, por ejemplo, los alacranes presentan cortezas muy gruesas para protegerse; encinas y robles melojos presentan una gran capacidad rebrotadora; y las jaras forman semillas que germinan más fácilmente cuando se ven sometidas a altas temperaturas.En general, estos bosques presentan un número relativamente poco variado de especies en el dosel arbóreo.Ya en el Cenozoico, durante el Paleoceno-Eoceno (65-38 Ma), nos encontramos ante un ambiente cálido, forestal y húmedo en el continente europeo.Los acontecimientos más importantes que han condicionado la evolución de la vegetación mediterránea han sido: Esto explica claramente la similitud que podemos encontrar entre muchas especies de California y del Mediterráneo europeo, como por ejemplo: Acer, Alnus, Arbutus, Clematis, Crataegus, Berberis, Helianthemum, Cupressus, Fraxinus, Juniperus, Lonicera, Prunus, Rhamnus, Rosa, Rubus, Smilax, Lavatera, Salvia, Viburnum, Vitis, Pinus y Quercus.Los cambios climáticos que tuvieron lugar durante el Cuaternario (2-1,8 Ma) son decisivos para la configuración final del bosque mediterráneo.Dado que el 80% del tiempo cuaternario estuvo bajo condiciones glaciares, la foresta europea solo pudo sobrevivir en hábitats favorables del sur de Europa, constituyendo lo que se conoce como reservorios filogenéticos o forestales glaciares.Centrándonos en la Península, los refugios glaciares más significativos durante la última glaciación fueron: Los cambios climáticos que tuvieron lugar durante el Tardiglaciar y el Holoceno pudieron provocar fuertes cambios en la disponibilidad hídrica y la distribución de las especies vegetales, aunque en el área mediterránea es muy aventurado pensar que se trata del principal y más importante determinante de estos cambios hasta hoy.Centrándonos de nuevo en la península ibérica, los bosques actuales son bastante diferentes a los que originalmente deberían existir.Sus especies más características son, entre otras, el quillay, el peumo, la patagua, el litre, la palma chilena, el boldo, el belloto del norte, el espino, el roble de Santiago, el maitén, el maqui.