Valor relativo de las piezas de ajedrez

Así, si un bando tiene una torre mientras que el contrario tiene un alfil o caballo, se dice que el bando fuerte tiene «una calidad de ventaja» y si un jugador cambia una de sus torres por un alfil o caballo, se dice que «sacrifica la calidad».

El valor del rey no está definido, ya que no se puede capturar, y mucho menos intercambiar, durante el transcurso del juego.

Los motores de ajedrez generalmente asignan al rey un valor arbitrario grande, como doscientos puntos o más, para indicar que la inevitable pérdida del rey debido al jaque mate prevalece sobre todas las demás consideraciones.

Las combinaciones de piezas no siempre son iguales a la suma de sus partes; por ejemplo, dos alfiles suelen valer un poco más que un alfil más un caballo, y tres piezas menores (nueve puntos) suelen ser un poco más fuertes que dos torres (diez puntos) o una dama (nueve puntos),[7]​[8]​ Aunque el sistema anterior es el más utilizado, se han propuesto muchos otros sistemas de valoración de piezas.

El valor de un buen alfil (aquel que no está bloqueado por peones) puede ser al menos un 10 por ciento más alto que el de un mal alfil.

[35]​ La diferencia más notable entre las dos clasificaciones es el valor relativo mayor del alfil respecto al caballo.

En general, se considera que el alfil es ligeramente superior al caballo en la mayoría de posiciones, siendo la excepción aquellas posiciones en las que los peones están inmovilizados unos frente a otros, especialmente en el centro del tablero («posiciones cerradas»), en las que hay pocas diagonales libres para los alfiles.

Hay muchas posiciones en las que un caballo es muy superior a un alfil malo y esa diferencia puede ser suficiente para ganar la partida.

La presencia de los dos alfiles juntos, que permite cubrir tanto las casillas blancas como las negras, potencia su acción.

[cita requerida] Desde entonces, casi con unanimidad, los jugadores más fuertes han preferido siempre el alfil al caballo y todos han sabido utilizar con maestría la ventaja de los dos alfiles.

Un cálculo simple de equilibrio material puede solucionarlo todo, pero no siempre será así.

Grau se adelanta al ilustrar con un ejemplo que un alfil y un caballo más un peón, son claramente superiores.

Capablanca inicia un cálculo sencillo en donde pretende ganar material, y así, la partida.

En este caso, el caballo y el alfil son claramente superiores a una de las torres del negro, y mucho más por la gran actividad del alfil blanco.

Por ejemplo, algunos jugadores de la élite, como los campeones del mundo Mikhail Tal y Garry Kasparov, se hicieron famosos desde muy jóvenes por su extraordinaria capacidad de sacrificar material (un peón, calidad, incluso una pieza menor) para obtener la iniciativa o un ataque directo contra el rey.

Grau señala una fórmula general[35]​ para evaluar la ventaja material obtenida tras una serie de cambios, o algún sacrificio.