Vinculada al Partido Comunista de España (marxista-leninista), PCE (m-l) como uno de los brazos del FRAP, la UPA agrupó especialmente a músicos y actores.
[1] Entre los militantes, simpatizantes y colaboradores, se han citado a: el dramaturgo Alfonso Sastre; el cantante anarquista Moncho Alpuente y otros componentes de Las madres del cordero; ilustradores como El Cubri, que realizaron muchos de los dibujos de la revista "Viento del Pueblo";[2] a varios componentes del grupo de teatro independiente Tábano;[3]el escultor Ramón de Soto; cantautores como Pablo Guerrero y Patxi Andión,[4] o músicos que más tarde formarían sus propias bandas como Suburbano,[5] los pintores Joan Castejón y "Viriato", el colectivo La Familia Lavapiés,[6] la actriz y modelo Amparo Muñoz, y colateralmente, por su militancia en el PCE, las cantantes Rocío Dúrcal y Pepa Flores[cita requerida].
Como actores, músicos o artistas más o menos plásticos -fue muy importante la labor de los dibujantes y humoristas en los trabajos impresos: octavillas, proclamas, carteles, etc- su trabajo era necesariamente más sutil.
Así, por ejemplo: la organización de actuaciones para un reducido público en barrios obreros, o pueblos más o menos perdidos, y algún centro universitario (colegios mayores, aulas de cultura, etc.)[cita requerida] Mayor proyección tuvieron las giras por los centros culturales de la emigración española en Europa, en aquellos años en su momento más crítico, o el contacto con los círculos de exiliados, tanto en Europa como en América.
[7] Pero, sin duda, la acción más importante en la que participaría activamente la UPA fue la coordinación de las diversas huelgas del mundo del espectáculo (todo tipo de sectores de trabajo artístico vinculados al teatro, el cine, la televisión, etcétera) en los últimos años de la dictadura de Franco, paralizando el sector y llegando a contar ocasionalmente con el respaldo final de estrellas apolíticas tan populares como Lola Flores o Sara Montiel.