El Lester cumplió patrulla y otras tareas en apoyo a las operaciones de la flota, que desplegó en el Mediterráneo por la crisis del Líbano.
El Lester regresó a Newport el 5 de mayo y luego procedió hacia Boston para una restauración.
Retornó al servicio en septiembre y zarpó el día 11 para entrenamientos en la bahía de Guantánamo.
Durante este período, el buque navegó junto a barcos de las armadas británica, holandesa y griega.
En los meses subsiguientes, se dedicó a integrar convoyes y desarrollar tácticas antisubmarinas en forma individual.
Tras una breve operación en el Atlántico Norte, entró en el Boston Naval Shipyard para una restauración de septiembre a noviembre.
Participó del operativo UNITAS III, practicando técnicas antisubmarinas con marinas de guerra sudamericanas.
Luego, el Lester reingresó al Boston Navy Yard para una modificación mayor tendiente a mejorar sus capacidades antisubmarinas.
Luego, fue asignado al Escort Squadron 8 y tomó parte en otra práctica.
En enero de 1965, partió a Cayo Hueso para apoyar la Fleet Sonar School.
Regresó a su base en septiembre y permaneció allí durante el resto del año.