Tumba de Alejandro Magno

Ya hacía un calor insoportable, y por tanto hordas de mosquitos irritaron a la expedición.

El 31 de mayo, en una fiesta nocturna que celebró su compañero Medio, Alejandro se desmayó al sentir unos punzantes dolores en la espina dorsal y en las articulaciones.

Fue conducido al aseo real, donde durmió junto a la piscina, porque ya tenía fiebre.

Pero Crátero no estaba presente, y los otros prefirieron oír Krat'eroi, ‘el más fuerte’.

Mientras tanto el cuerpo de Alejandro se mantenía curiosamente fresco y con aspecto de estar vivo a pesar del agobiante calor por al menos unos cuantos días más, lo que puede indicar un profundo coma terminal.

También, según parece, acordaron que el cadáver de Alejandro debía ser trasladado a Egipto, para respetar su deseo.

En los próximos meses Pérdicas reafirmó su poder, pero Ptolomeo, su principal y único rival superviviente, marchó a Egipto para robarle el trono al actual monarca.

Salió desde Siria en la segunda mitad del 322 a. C. Pero Arrideo hizo un acuerdo con Ptolomeo, y condujo la procesión en dirección sur hacia Egipto cuando se aproximaba a Damasco, en vez de ir al norte hacia Macedonia.

Pérdicas, furioso, atacó Egipto con todo el ejército en la primavera del 321 a. C. Sin embargo, intentó dos veces forzar el cruce del Nilo, fallando en ambas oportunidades y teniendo como consecuencia enormes pérdidas entre sus propias tropas.

Además, en la expedición que Napoleón llevó a cabo en Egipto en 1798, se descubrió un antiguo sarcófago egipcio situado en una capilla en el patio de la mezquita Atarina en Alejandría.

Ese mismo año el faraón se ahogó en una batalla naval contra fuerzas rebeldes.

Se creyó que fue un castigo divino por haber fundido el féretro para pagar sus deudas.

Después de un espectacular reinado, Cleopatra fue finalmente vencida y depuesta por Octavio (el futuro emperador César Augusto) en el 30 a. C. Tras su llegada a Alejandría hizo la que sería la más famosa visita a la tumba de Alejandro.

Coronó a la momia y echó flores por su cuerpo, pero rompió una parte de su nariz en un descuido.

Hacia la mitad del siglo III, el Imperio romano entró en un período de crisis e inminente colapso.

Esta vez los rebeldes estaban asediados en los palacios a lo largo de la orilla oriental del gran puerto.

El siglo terminaba mal para Alejandría, cuando otro emperador egipcio rebelde fue derrotado y muerto por Diocleciano en 298.

El patriarca Georgius se dice que planteó una pregunta retórica a las masas alejandrinas concerniente a un templo alto y magnífico del genio de Alejandría: "¿Cuánto tiempo estará de pie esta tumba?"

Por genio Amiano quiere decir la deidad tutelar de la ciudad y esta podría representar a Alejandro.

Alejandro es la única figura a la que esta expresión podría ser aplicable, cuya tumba también se encontraba dentro de la ciudad.

Esto concordaría con la cámara sepulcral que habría sido excavada bajo los escombros de las ruinas.

Al final del siglo IV o a comienzos del V, Juan Crisóstomo afirmó en un sermón que la tumba de Alejandro era entonces "desconocida para su propio pueblo", en otras palabras, para los paganos de Alejandría.

Algunas décadas después Teodoreto puso a Alejandro en una lista de hombres famosos cuyas tumbas eran desconocidas.

Sin embargo, en 1823 Mohammed Ali edificó una mezquita dedicada a Nabi Daniel (el profeta Daniel) a algunos cientos de metros al este, al pie del montículo Kom el-Dikka.

Sin embargo, la preservación del papiro es imposible bajo el suelo de Alejandría, debido a la alta capa freática que aquí se encuentra y a la capilaridad (humedad ascendente) de esta.

En la parte occidental, las murallas bordeaban la costa, como se puede esperar de una gran ciudad portuaria.

Richard Pococke, quien visitó Alejandría en 1737, observó que el muro exterior del doble recinto medieval parecía ser de construcción antigua.

Un documento apócrifo conocido como "Los Hechos de San Marcos", al parecer escrito por un autor anónimo en la Alejandría del siglo IV, afirma que una tormenta milagrosa atemorizó a los paganos y permitió a los cristianos salvar el cuerpo del santo de las llamas.

No obstante, esto parece ser una invención para dar credibilidad a la existencia de su tumba.

Poco después, fueron revelados los restos del sarcófago mostrando los restos de 3 esqueletos pertenecientes probablemente a 3 soldados, sumergidos en aguas residuales, eliminando así la hipótesis de que la tumba perteneciera a Alejandro [3]​ [4]​

Alejandro Magno en su lecho de muerte, según el pintor Karl von Piloty (1886)
Reconstrucción del catafalco de Alejandro según Diodoro (mitad del siglo XIX )
Busto de Ptolomeo II
Augusto visita la tumba de Alejandro (Sebastien Bourdon, 1643 - Museo del Louvre)
Patio de la mezquita Atarina (Vivant Denon, 1805)
Fachada de la Basílica de San Marcos