Tratado de Londres (1867)

[1]​ La crisis luxemburguesa había estallado después de que el emperador francés Napoleón III intentara la compra de Luxemburgo al rey holandés Guillermo III.

Para aclarar la situación a raíz del fin de la Confederación, el Tratado de Londres reconoció el final de la Confederación y declaró que Luxemburgo y Limburgo debía ser consideras en adelante "parte integral del Reino de los Países Bajos".

El tratado fue firmado por los representantes de todas las Grandes Potencias de Europa: En un primer momento Italia no fue invitada, pero el rey Víctor Manuel II persuadió a otros monarcas para invitar a su representante en Londres.

Italia tenía una escasa relación con Luxemburgo, y el tratado no le afectaba directamente.

No obstante significó la primera vez que Italia, recién unificada, era invitada a tomar parte en una conferencia internacional en pie de igualdad entre las potencias europeas, y, por tanto, fue un acto con gran valor simbólico para el reino de Italia.

Firmas en el Tratado de Londres.