Así mismo Luxemburgo sería miembro de la Confederación Alemana con una guarnición prusiana en su territorio.
[2] Bajo el tratado, la unión entre los Países Bajos y Luxemburgo debería haber sido una mera unión personal, sin embargo, Guillermo I administraba Luxemburgo como una de las provincias de su reino.
La victoria prusiana en la Segunda Guerra de Schleswig de 1864 había elevado el sentimiento nacionalista en los territorios alemanes, y cada vez estaba más claro que Prusia desafiaría la posición del Imperio austriaco en la Confederación Germánica.
[4] Con la opinión pública alemana enaltecida, Napoleón III trató de dar marcha atrás, no quería dar la impresión de ser excesivamente expansionista a las demás grandes potencias.
Para evitar el conflicto, el emperador ruso Alejandro II convocó a una conferencia internacional que se celebraría en Londres.
A la negociación del tratado fueron invitadas todas las Grandes Potencias de Europa.