Paz de Crépy

La paz sería efímera, puesto que en 1551 se desatarían nuevamente las hostilidades entre ambas potencias firmantes.

Desde finales del siglo XV, en la península italiana se habían sucedido las Guerras Italianas, en las que Francia y España habían luchado en bandos opuestos casi todo el tiempo.

En 1542 las reclamaciones sobre la soberanía del ducado de Milán volvieron a desatar las hostilidades entre Francisco I de Francia y Carlos I de España (que desde 1519 era además emperador del Sacro Imperio Romano Germánico), dando paso a la guerra italiana de 1542-1546, un conflicto extraordinariamente costoso para los participantes en él.

Su aliado Enrique VIII de Inglaterra continuaría la lucha contra Francia hasta la firma del tratado de Ardres en 1546.

Los conflictos en la península italiana entre ambas potencias firmantes no terminarían aquí.