Traslado de la corte portuguesa a Brasil

Semejante situación implicaba que todo el imperio colonial portugués era gobernado desde una de las colonias, Brasil, por lo que dicho territorio quedó elevado a una situación legal y administrativa igual a la de su metrópoli invadida por tropas extranjeras.

En ejecución de la "alianza franco-española" pactada entre Godoy y Napoleón, los embajadores de ambos países en Lisboa entregaron un mensaje en 12 de agosto de 1807 a la corte portuguesa: Francia reclamaba que Portugal se adhiriese al Bloqueo Continental ordenado por Napoleón Bonaparte (suprimiendo todo comercio con los británicos) y declarar la guerra a Gran Bretaña, arrestando a sus súbditos domiciliados en suelo portugués.

En absoluta inferioridad numérica, y ante la hostilidad española, era evidente que Portugal no podría resistir mucho tiempo el masivo ataque francés y entonces el rey Juan VI buscó demorar el arribo de las tropas francesas mediante maniobras diplomáticas dilatorias, mientras en simultáneo pedía ayuda urgente a Gran Bretaña para resistir a los franceses de alguna manera.

La oferta del gobierno británico consistía en que Portugal se manifestase en contra del Bloqueo Continental ordenado por Napoleón Bonaparte y continuara comerciando con Gran Bretaña, pues en caso contrario la marina de guerra británica destruiría la flota portuguesa anclada en Lisboa (al igual que habían hecho con la flota danesa en agosto y setiembre del mismo año en la Segunda Batalla de Copenhague), lo cual significaba aniquilar el comercio internacional portugués así como suprimir la comunicación de Portugal con su muy rico imperio colonial (del cual dependía la subsistencia de la metrópoli).

En realidad Juan VI aún era propiamente sólo príncipe regente del reino portugués en tanto su madre María I de Portugal vivía, pero la anciana reina sufría demencia avanzada desde hacía años y no participaba en el gobierno.

Esto permitió que en 1815, durante el Congreso de Viena, Juan VI creara el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, elevando a Brasil al mismo nivel político que Portugal y permitiendo que diputados brasileños acudieran a las Cortes Portuguesas.

El comercio también se dinamizó a extremos desconocidos hasta entonces en Brasil, pues la penetración de comerciantes británicos en pie de igualdad con los portugueses significó una liberalización que rompió el antiguo esquema donde Portugal monopolizaba el comercio exterior de Brasil.

Sin embargo, las autoridades oriundas del Brasil estaban ya acostumbradas a actuar de manera autónoma y no era posible al monarca portugués retornar al statuo quo previo a 1808 sin hacer concesiones políticas a las élites políticas brasileñas que, gracias a la presencia de la corte en Río de Janeiro, habían disfrutado de un poder e influencia desconocidos hasta entonces.

El príncipe regente don Juan en 1804.
Embarque de la Corte de Portugal en el puerto de Lisboa el 29 de noviembre de 1807.
El Paço Imperial, palacio colonial del siglo XVIII en Río de Janeiro, usado como sede administrativa por Juan VI de Portugal y luego por Pedro I de Brasil .