El término trampa de la liquidez es empleado en la teoría económica para describir una situación en la que los tipos de interés se encuentran muy bajos, próximos a cero en el que la preferencia por la liquidez tiende a hacerse absoluta, es decir las personas prefieren conservar todo el dinero antes que invertirlo, por lo que las medidas tendientes a aumentar la masa monetaria no tienen ningún efecto para dinamizar la economía y las autoridades monetarias no pueden hacer nada para llevar la tasa de interés a un nivel adecuado.
Como consecuencia de ello, todo el mundo prefiere poseer dinero ocioso y la política monetaria no sirve para nada.”,[6] o “Esto se produce cuando los tipos de interés son tan bajos que los agentes sólo pueden esperar que suban en el futuro.
Por otra parte, no sería cauto invertir en bonos, pues su precio es ya muy elevado debido a la caída de tipos, y la previsible subida de éstos en el futuro haría perder valor a la cartera del inversor.
A través del tiempo se continuó enseñando la trampa de la liquidez como una curiosidad intelectual que no había sido observada en ninguna situación.
[16] Krugman ha mostrado también cómo la trampa de liquidez funcionó en la crisis europea y ha expuesto cómo los planes de austeridad no podían lograr sanear las finanzas, y por el contrario, iban a incrementar la recesión y el desempleo, por lo que consideró fundamental el incremento de la inversión pública en Estados Unidos para salir de la crisis, y llamó al Banco Central Europeo a facilitar los fondos a los países en recesión para conseguir la estabilidad.