Representa a Jesucristo en el momento de entregar un rollo, que representa la Ley divina, al apóstol San Pedro, en presencia del apóstol San Pablo.
Su sentido político es claro: la primacía de Pedro y la institución del papado, identificada con él.
[3] Un concepto semejante era el del tema denominado traditio clavis[4] o traditio clavium,[5] en que Pedro recibe las llaves de la Iglesia o llaves del Reino.
[6] Inicialmente elaborado con técnicas escultóricas y musivarias, rápidamente se extendió a otras artes, como la eboraria, la orfebrería, la pintura mural, la miniatura, etc. Se comenzó a usar en contextos funerarios, siendo las primeras muestras en sarcófagos (habitualmente en estuco).
El cristianismo adaptó la iconografía al contenido de su mensaje ideológico, incluyendo el crismón (anagrama del nombre de Cristo); es frecuente que, además de representar a Jesús entre los apóstoles Pedro y Pablo, se incluyan más personajes (otros apóstoles, obispos y otros clérigos, donantes).