Desde la Reforma Protestante, muchos no católicos, en desacuerdo con la visión histórica de la Iglesia Católica, han discutido si el femenino πέτρα se refiere a Pedro, afirmando que en su lugar se refiere tanto a la confesión de la fe de Pedro o a Jesús mismo.Aunque las razones para el desacuerdo sobre la naturaleza de la primacía son complejas y tienen que ver con cuestiones de doctrina, historia y política, el debate se reduce a menudo a una discusión sobre el significado y la traducción del pasaje «sobre esta roca» del Evangelio de San Mateo (16: 18): En el texto griego, el nuevo nombre dado es Πέτρος (Petros), y en la segunda mitad del mismo verso, la palabra traducida como «roca» es πέτρα (Petra).Históricamente, un argumento protestante común ha sido que la traducción del Nuevo Testamento en hebreo al griego es tenue en el mejor de los casos, ya que no hay evidencia real o una indicación de que el Nuevo Testamento (en griego) fuera alguna vez traducido del hebreo o textos arameos.Los católicos creen que Pablo vio el judaísmo como el tipo o figura del cristianismo: «Y estas cosas les acontecieron [a los judíos] como ejemplo [...]» (1 Corintios 10:11).En la Ley de Moisés, Deuteronomio 17:8-12 atribuye al Sumo Sacerdote la más alta jurisdicción en materia religiosa.[cita requerida] Tradicionalmente se ha sostenido, especialmente por parte de los autores católicos, que Pedro desempeñó una función de liderazgo dentro del grupo de los doce apóstoles, basándose sobre todo en el pasaje del Evangelio de San Mateo (16: 18-19) en el que Jesucristo le dice: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella».Este historiador considera más en «consonancia con el contexto específico del primer evangelio», el pasaje de San Mateo (18, 18) en el que Jesús confiere a toda la comunidad sin distinciones la potestad de «atar y desatar»:[1]
Vista interior de la cúpula de la
Basílica de San Pedro
en la que aparece el pasaje del
Evangelio de San Mateo
(16, 18-19) en el que la
Iglesia católica
ha basado el primado de Pedro del que deriva el
primado papal
establecido como dogma en el
Concilio Vaticano I
(1869-1870): «TV ES PETRVS ET SVPER HANC PETRAM AEDIFICABO ECCLESIAM MEAM ET TIBI DABO CLAVES REGNI CAELORVM» ("Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia. A ti te daré las llaves del reino de los cielos").