Se denomina Supremacía Papal a la doctrina de la Iglesia católica que establece que el papa, a causa de su cargo como vicario de Cristo y pastor de toda la Iglesia, posee por institución divina potestad suprema, plena, inmediata y universal para el cuidado de las almas, que puede ejercer siempre sin trabas.
[1][2] La doctrina católica de la supremacía papal se basa en la afirmación de los Romanos Pontífices de que la misma fue instituida por Cristo y que la sucesión papal se puede reconstruir hasta Pedro el Apóstol en el siglo I.
Los católicos se han defendido de este argumento indicando que durante los primeros tres siglos de la era cristiana la Iglesia de Roma intervino en otras comunidades para ayudarles a resolver conflictos.
[4] A finales del siglo II, el papa Víctor I amenazó con excomulgar a los obispos del este que celebraran la Pascua el día 14 de Nisán, en vez del domingo siguiente.
[5] En el siglo III, el papa Cornelio convocó y presidió un sínodo de 60 obispos africanos y del este,[6] y su rival, el antipapa Novaciano, sostuvo que había "asumido la primacía".