Estas ramas difieren en muchos aspectos, especialmente por las diferencias en las prácticas y las creencias.[1][2][3][4][5][6][7] Vertientes de la teología, las ciencias sociales y la sociología de la religión consideran en general una clasificación del cristianismo contemporáneo comprendida entre la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa, las varias confesiones formadas durante o después de la Reforma Protestante, así como los movimientos religiosos posteriores surgidos a partir del siglo XIX como el restauracionismo, el evangelicalismo, entre otros movimientos.[cita requerida] Las comparaciones entre las distintas confesiones cristianas deben ser hechas con cautela.[9][10][11] No obstante este esfuerzo, representado especialmente por los primeros Concilios ecuménicos, se fueron profundizando algunas diferencias entre las tradiciones Oriental y Occidental.Después del Concilio de Calcedonia, en 451, la siguiente gran división ocurrió entre las Iglesias siria y alejandrina (también llamada Iglesia Egipcia o Copta), que se separaron en virtud de las doctrinas monofisitas (el papa Juan Pablo II y el Patriarca sirio Ignacio Zakka I Iwas firmaron, a fines del siglo XX, una declaración cristológica de fe en común).Aunque la Iglesia como un todo no experimentó mayores divisiones en los siglos siguientes, los grupos Oriental y Occidental llegaron a tal punto de desacuerdo, que los patriarcas de ambas familias se excomulgaron mutuamente en 1054, hecho que es conocido históricamente como el Cisma de Oriente y Occidente.El cisma se afianzó y por siglos cada iglesia consideró a la otra como causante de la división, y fue solamente bajo el papado de Juan Pablo II que se hicieron las primeras reformas significativas para mejorar las relaciones entre la Iglesia de Roma y las Iglesias Orientales.Muchos siglos después del Gran Cisma, el cristianismo Occidental (que se denominaba a sí mismo católico) experimentó una serie de movimientos reformadores geográficamente aislados que precedieron a la aparición de la Reforma Protestante.Por ejemplo, en Italia, durante el siglo XII, Pedro Valdo congregó a un grupo de seguidores conocidos como los valdenses, y tal movimiento fue posteriormente absorbido por los reformadores protestantes modernos.Posteriormente el grupo daría origen a los Hermanos Moravos y renacería con otros nombres, pero ya formando parte de la Reforma Protestante.[14][15] Existen también confesiones que, en Occidente, han logrado una completa independencia para establecer una doctrina propia, es el caso, por ejemplo, de muchas Iglesias nacionales en la Comunión anglicana o vinculadas a la Iglesia luterana Sínodo de Misuri.Según el concepto católico, Jesús comisionó a los doce primeros apóstoles (véase para una lista de los doce) y ellos habrían continuado haciendo lo mismo, imponiendo las manos sobre los dirigentes subsecuentes de la Iglesia para "ordenarlos" al "sagrado ministerio".Con todo, existen grupos autodenominados católicos, como los veterocatólicos adheridos a la Unión de Utrecht, que rechazan el dogma de la Infalibilidad Pontificia definido por el Concilio Vaticano I en 1870, por considerarlo contrario a la tradición católica.Con todo, sus grupos suelen ser analizados a partir de sus grandes familias confesionales.De acuerdo con la comprensión oriental de la primacía papal, el Patriarca de Roma es el primero en honra entre todos los patriarcas (véase Primus inter pares), pero a diferencia del catolicismo actual, no creen que posea ninguna autoridad directa y absoluta sobre diócesis ajenas a la propia, ni menos infalibilidad en doctrina.Considerando esta diversidad, se hace casi imposible definir lo que es el cristianismo sin incurrir en alguno de estos extremos: rechazar todas las definiciones o adoptar una definición autoritaria y así, rechazar cualquier otra.El cristianismo, desde sus orígenes como secta disidente del judaísmo, siempre rechazó una definición etnocéntrica, más bien fue concebido y extendido como una religión inter-étnica con ambiciones globales, expandiéndose rápidamente desde Judea hacia reinos y pueblos de todo el mundo conocido.Son sus doctrinas las que definen la esencia del cristianismo, y si a lo largo del tiempo diversos grupos étnicos han mantenido su cristianismo generación tras generación, ello se ha debido a la difusión y asimilación de esas doctrinas.Su origen, durante el llamado Segundo Gran Despertar, fue paralelo al surgimiento de otras innumerables religiones estadounidenses, incluyendo a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, los Testigos de Jehová y otras incluidas dentro del restauracionismo como movimiento.La palabra de Cristo sería, entonces, válida para la actual práctica de la humanidad y consistiría en despertar al ser humano para el amor y el altruismo, formando, a su debido tiempo, una fraternidad universal, hasta que la humanidad esté lista para dirigirse directamente a Dios.El Cuaquerismo no tiene un credo oficial, carece de sacerdotes, pastores y sacramentos, y desarrollan diferentes tipos de cultos (aunque algunas comunidades cuáqueras evangélicas hispanoamericanas sí tienen pastores).Por otro lado, la polémica teológica sobre la Trinidad dio origen al Unitarismo, cuya principal confesión en los Estados Unidos renunció a su especificidad cristiana y actualmente es una organización religiosa de carácter pluralista.