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Gregorio Cruzada Villaamil en el catálogo del Museo de la Trinidad atribuyó su autoría a Rogier van der Weyden,[1] atribución aún visible en una antigua inscripción en el marco.
En la pigmentación se emplearon azurita, bermellón, amarillo de plomo y estaño mezclado con cardenillo en la vegetación.
Eva aún lleva en la mano izquierda la manzana del pecado, mordida.
La tabla central muestra a Jesús en la cruz entre la Virgen y san Juan en el pórtico de un templo gótico.
Ese modelo puede explicar también que en las jambas se representen seis sacramentos (de izquierda a derecha y de arriba abajo; bautismo, confirmación, orden sacramental, matrimonio, confesión y extremaunción) pues el séptimo, la Eucaristía, se representa al vivo, en el interior del templo, donde se encuentra un sacerdote delante del altar en el momento de la consagración en tanto otro entrega la comunión a un fiel.
Las inscripciones en las bases sintetizan, en el latín de la Vulgata, el texto evangélico: «Maestro, sabemos que eres sincero / nos es lícito pagar el tributo al César o no?», a la derecha, y a la izquierda: «Mostradme la moneda del tributo / pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
Arquivoltas y detalles arquitectónicos remiten, como se ha apuntado, al Tríptico de Miraflores.
De todo ello cabe deducir que el maestro del Tríptico de la Redención tenía acceso a los dibujos empleados en el taller de Van der Weyden, incluidos los no utilizados o los que se verían modificados al pasar del dibujo subyacente a la imagen final.
Sus figuras son más alargadas y con frecuencia resultan planas al agruparlas en espacios reducidos, sin el sentido del ritmo que caracteriza la producción de Rogier van der Weyden.