Su técnica es de óleo sobre tabla, aunque algunos paneles han sido transferidos[1] a lienzo.
Sigue conservándose en la institución para la que inicialmente estaba destinada: el Hôtel-Dieu de Beaune.
[4] El asunto representado está basado en pasajes del Evangelio de San Mateo (capítulos 24 y 25).
[6] Bajo la espada, una inscripción en letras negras con el texto discedite a me maledicti in ignem aeternum qui paratus est diabolo et angelis eius ("apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus ángeles").
El primero se representa como una catedral, brillantemente iluminada, hacia la que los bienaventurados caminan en calma y actitud orante.
Ambos grupos parecen ser impulsados a su destino final por el sonido que emiten unos ángeles trompeteros.
En los paneles dispuestos a ambos lados, la Virgen María, San Juan Bautista, los doce apóstoles y otros santos no identificados con seguridad.
Es la obra más ambiciosa del maestro, tanto por sus dimensiones como por su complejidad iconográfica, estética y compositiva.
[15] Peter Hitchens atribuye su conversión al cristianismo a la impresión que le causó esta obra.