A lo largo de los siglos, el lugar ha sido ocupado por cinco fortificaciones distintas.
[2] La tercera fortificación se levantó en 1459 con el objetivo de protegerse frente a los ataques portugueses, pero fue tomada por Diego de Silva hasta que, debido a las reclamaciones ante la monarquía portuguesa, fue devuelta en 1462.
En 1554, toda vez que la isla ya formaba parte de la Corona hispánica, el gobernador Rodrigo Manrique ordenó construir la cuarta torre para protección contra los piratas.
Entre 1956 y 1960 el Ejército del Aire la uso como polvorín y en 1972 se inició su restauración, hasta que en 1982 se inauguró como Museo de Aeronáutica Canaria.
Al exterior presenta dos ventanas, una a cada lado de la puerta.