Son llamados así porque antiguamente, cuando el tomate era un alimento exclusivo de la temporada estival, los tomates recolectados al final del verano eran cosidos y trenzados en ristra, aguantando frescos hasta bien entrado el otoño.
La característica distintiva de esta variedad agrícola es su larga vida útil; el tomate de ramillete puede conservarse en fresco durante semanas debido a un gen que afecta a su composición química y retrasa su pudrición.
Este genoma es de gran interés para la agronomía y, de hecho, investigadores israelíes han hibridado el tomate mallorquín con otras variedades de tomate más perecederas.
Luego, la patente fue vendida a una empresa alemana, que vende las semillas a los horticultores españoles en el Levante.
[2] En Mallorca, los tomates de penjar se han clasificado tradicionalmente en dos subvariedades: En la actualidad, es común que se confundan las dos cepas y a todo se le llame genéricamente como «tomàtiga de ramellet».