[5] En los primeros días de abril,[6] Castro hizo llamar a los generales Juan Crisóstomo Falcón y Ezequiel Zamora, el primero tuvo una entrevista en que el mandatario le recriminó su poco apoyo a la revolución y que el general respondió con «su deber de soldado y su honor de caballero le habían impuesto fidelidad y harto había hecho con no oponer obstáculo al torrente revolucionario»; el segundo fue abucheado por un grupo de jóvenes estudiantes.
[13] Los líderes liberales estaban en contacto con Falcón, quien salió de Curazao a Saint Thomas para comprar armas, no sin antes aprobar su alzamiento.
[12] Se les unieron un gran número de jóvenes opositores al gobierno y decididos a alzarse por ya sentirse descubiertos en la conspiración.
[15] Por último, la cifra más alta la da el historiador y médico Oscar Beaujón Graterol, quien habla de 80.
[12] Sabedores que al anochecer existía la costumbre una gran concurrencia de curiosos en la calle del cuartel para ver la retreta (toque que ordena a los soldados retirarse a dormir), se reunieron en la tarde en casas cercanas.
[12] Luego ahuyentaron a pedradas al escolta de la retreta y los sorprendidos soldados huyeron o se rindieron después que lo ordenara Santana.
[15] Iba también Maximiliano Iturbe con documentos explicando lo sucedido en Coro[18] e invitándolo a asumir el mando.
[18][19] Zamora era muy respetado por los corianos, había servido como gobernador en 1851 y conocía la región, además de ser un experimentado militar.
[30] Gracias a su nueva autoridad, Ezequiel Zamora pudo organizar el Ejército del Pueblo Soberano, «de 2.000 hombres poco más o menos», al que pasa revista el 7 de marzo.
Queda Coro como Entidad Federal, y la lengua de fuego avanza sobre la depresión del Yaracuy».
[38] El 22 de marzo venció al comandante Francisco Rivero en la boca del río Yaracuy[35] y al día siguiente ocupaba Morón, reclutando 150 soldados del coronel Juan José Mora.
[35] Entre tanto, Castro nombró a José Antonio Páez como jefe de operaciones en Carabobo el 21 de febrero y al general José Laurencio Silva en Cojedes, Portuguesa, Barinas y Apure.
Medio millar extra de soldados del gobierno ocuparon San Felipe.
[43] Por último, se ordenó al comandante Andrés Avelino Pinto con su batallón Victoria, de 450 plazas, marchar a reforzar Puerto Cabello, donde el general Justo Briceño Otálora apenas tenía 250 soldados en el Castillo San Felipe, antes que llegara Zamora.
[37] Según el historiador Carlos Medina Chirinos: «En la Guerra Federal perecieron, por lo menos, cinco mil corianos, cuando muy pocos zulianos cayeron».